Comunicación ante la incertidumbre

Hemos pasado en un abrir y cerrar de ojos de un escenario que se definía por ser volátil, incierto, complejo y ambiguo (VUCA) a otro en el que todo esto se mantiene e incluso se ha aumentado pero que es, por encima de todo, incierto. Las soluciones del pasado no nos sirven, y no tenemos referencias a las que asirnos para al menos poder excusarnos con el tradicional “lo hicimos como se hacía siempre”.

Ante tanta incertidumbre, es necesario reforzar la comunicación. La opción de no comunicar, o la de seguir sin comunicar, no hará más que profundizar el problema. Es una opción que hará que las empresas pierdan el futuro, como sucede siempre con los que no se adaptan a las nuevas circunstancias.

Es necesario redefinir el propósito de empresa, asumiendo que aunque todos entendemos que el objetivo de una empresa es ser rentable, ahora eso ya no es suficiente. Las empresas ya no están en este mundo solo para ganar dinero, sino también para participar en la construcción de un mundo mejor. Hay que repensar cómo queremos impactar en nuestros grupos de interés. Además de una licencia de actividad, ahora necesitamos una “licencia social”, que demuestre nuestros valores con hechos. Es, de alguna manera, una exigencia del nuevo consumidor a la hora de depositar su confianza.

La incertidumbre también es una oportunidad para el liderazgo. Es necesario que el CEO asuma un nuevo rol, más proactivo, explicando a todos los públicos interesados las decisiones de la empresa. Y dándole un especial protagonismo a la comunicación interna, por el carácter estratégico de este público en la reputación de la marca.